Un 9 de marzo de 1988, debutaba con picadores en Castellón, un niño llamado Enrique Ponce que, desde que tuvo uso de razón, quería ser torero.
Hoy, 30 años después, es aún protagonista de su propia leyenda, que se sustenta en tres pilares: talento, afición y valor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para insertar imagen: [img]URL de la imagen[/img]
Para insertar video: [video]URL del video[/video]